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Bad hungover, say what?

Era uno de esas tardes domingueras latinoamericanas que solo sirven para recordarnos nuestra herencia hispana. Segundo día en Brasil, y yo había quedado arrollado por un hungover magnifico. No me lo esperaba. Quede herido, me levante tarde, me dolía la cabeza y a apenas caminaba mi cabeza daba vueltas. No tenia las fuerzas para lamentar la triste situación por la que pasaba. ¿Acaso no debía estar caminando de un lado para u otro buscando el no se que? Al contrario estaba tirado en el lobbie del hostal tratando de entender mi cruda realidad. Fiel a mi estilo y mas en situaciones como tal era dispensable conservar mi estado puro de denial. Podía ponerme en duelo conmigo mismo, pero sabia bien que tendría las mejores excusas disponibles. Si tenia un resaca de las mil putas, pero era terco como una mula. Hombre al agua… Todos gritaran hombre al aguaaa, shingüeazu ni modo.

Yo el hombre que apenas pisaba tierras internacionales agarraba farra en serio, y al día siguiente amanecía listo para mas. Hoy sufría mi primer revés en mi historia de borracho internacional. Precisaba descanso. Busque maneras para pasar mi segundo día en Brasil de una manera digna. Opte por la escritura, pero mi mente desistió y quede tirado una vez mas en el sofá del lobbie esperando mejores tiempos. Sentí un poquito de homesickness. Por la tarde salí a comer porque me moría de hambre y no supe hasta mas tarde que podían haberme hecho un food delivery al hostal.

Ahora me rio de lo sucedido. Si serás, si serás tenias que ser… –volvía aplicarme el sólido regaño de Don Ramón. Shingaou… errores técnicos los tenia todo el mundo. Igual necesitaba descansar porque el lunes debía partir a Rio de Janeiro.